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Experiencia Cercana a la Muerte de Lynn con sus dos perros

Lynn se sometió a una cirugía a corazón abierto a la edad de trece años para corregir una lesión que tenía desde su nacimiento. Antes de la cirugía, no podía correr ni jugar con los otros niños, y en ocasiones se ponía azúl y muy enferma. Deseamos compartir su precioso testimonio.

"Lo último que recuerdo en la cirugía fue una voz masculina que decía: 'Oh, oh, aquí tenemos un problema..."

“Flotaba alrededor del techo mirando hacia abajo a mi cuerpo. Mi pecho estaba completamente abierto y podía ver mis órganos internos. Eran de un hermoso color gris perla y recuerdo que pensé que no tenían nada que ver con las películas de terror que tanto me gustaban. También observé que había un médico negro y un médico oriental entre el equipo de cirujanos. Esto se me quedó grabado porque me criaron en un vecindario de clase media de gente muy blanca. Había visto profesores negros, pero nunca un médico negro. El día de antes me presentaron a los médicos, pero eran todos blancos.”

“Seguí flotando hacia la sala de espera, donde estaban mis padres. Me impactó ver a mi padre llorando arrodillado en el suelo delante de mi madre, que le consolaba acariciándole la cabeza. Mi padre no era propenso a mostrar para nada sus emociones. Entonces, me sentí en un túnel….”

"El viaje a través de ese túnel fue maravilloso. Recuerdo que pensé: 'Así que esto es la muerte…’”

"El túnel estaba oscuro, y de vez en cuando veía luces como relámpagos que se cruzaban por mi camino. Estos destellos tenían un color intenso y no me asustaban. Al final del túnel había una Luz que brillaba".

"De la Luz vinieron mis dos perros. Uno era un collie llamado Mimi que había muerto tres años antes de una infección. Mi otro perro era un boxer que se llamaba Sam. Sam había muerto dos años antes después de ser atropellado por un coche. Los perros corrieron contentos y saltaron sobre mí. Me besaron la cara lamiéndome con sus lenguas. Cuando se me echaron encima no parecían pesar en absoluto y sus lengüecitas no estaban mojadas. Brillaban con una luz que les salía desde dentro de ellos.”

“Recuerdo que me dije a mí misma, ‘…gracias, Dios mío, por dejar que mis perros estén vivos.’”

"Abracé a mis perros lo más fuerte que pude. Luego les llamé y juntos comenzamos a caminar hacia la Luz. Todos los colores estaban en esa Luz y era muy cálido, un ser vivo. Había gente tan lejos como se podía alcanzar la vista, y brillaban con un resplandor interior, como lo hacían mis perros. En la distancia podía ver campos, colinas y un cielo.”

"La Luz habló y dijo: 'Lynn, todavía no es tiempo para ti. Tienes que regresar, mi niña'.”

"Levanté la mano para tocar la Luz. En ese momento supe que había tocado el rostro de Dios. Le dije a Dios que lo amaba y que quería quedarme con él".

“Otra vez la Luz habló, 'Lynn, vuélvete. No es tu hora. Tienes trabajo para mí. Regresa.’”'

“Sé que suena ridículo, pero pregunté a la Luz, ‘Si me voy, cuando vuelva tendré a mis perros esperándome?’”

“La Luz respondió con ternura, ‘Si, claro que sí.’ y entonces me dijo que había gente que quería verme antes de volver."

“Saliendo de esa misma Luz, se aproximaron mis abuelos maternos. Corrí hacia ellos y les abrazé con fuerza. Iban a acompañarme por el camino de regreso.”

“Justo cuando me estaba dando la vuelta, un hombre se aproximó hacia mí saliendo de la Luz. Llevaba puesto un uniforme de la marina americana (U.S. Navy). Era muy alto y muy rubio, con ojos azules. No le había visto nunca, pero me reconoció y me sonrió. “

"‘Soy tu tío Franklin, Lynn. Dile a Dorothy que estoy bien y que el bebé está conmigo. Dile que nunca dejaré de quererla y que estoy contento porque continuó con su vida. Dile que cuando sea su hora, vendré a recogerla. Recuerda decirle que la quiero.‘”

“Mia abuelos me avisaron que si me quedaba por más tiempo, sería dificil lograr volver. Pero quería hablar con la Luz. Tenía una pregunta muy importante que hacerle."

“Me envolvió otra luz parecida a la anterior. Entonces me incline y le hize la pregunta: ‘Señor, es verdad que me has dado ésta enfermedad del corazón porque deseas que arrastre una cruz como lo hicistes tú?’ La hermana Agnes, mi profesora de sexto de primaria, me ha dicho que ésto que tengo del corazón es mi cruz que viene de Cristo. Es cierto?’ Oí su voz vibrar dentro de mí y respondió: ‘No, cariño. Esta lesión tuya de corazón no es una cruz que te he dado para que la cargues a cuestas. Esta lesión de corazón es un reto para ayudarte a crecer y a evolucionar. Para que permanezcas en la compasión. Y ahora, vete.’”

(…Continúa…)

(Traducido del libro de P.M.H. Atwater, titulado “La Nueva Infancia y Experiencias Cercanas a la Muerte) (https://near-death.com/lynns-near-death-experience/)

"The New Children and Near-Death Experiences" escrito por P.M.H. Atwater


Experiencia Cercana a la Muerte de Kathy Baker

Clínicamente muerta durante 8 minutos, Kathy Baker tuvo una experiencia cercana a la muerte durante un parto difícil. Se le paró el corazón durante 8 minutos. Vio gatos y perros en el más allá.

“La Luz me envolvió con su presencia y sentí que nos fusionamos en uno y con el universo. Fui consciente de que también estaba rodeada de miles de personas. Mirando a mi alrededor vi a gente que conocía y a gente que no. Nos encontrábamos en un campo de verdes colinas y preciosos lagos por todas partes."

"Muchos estaban sentados y otros de pie. Había mucho entusiasmo en lo que estaba a punto de acontecer. En la distancia vi gatos y perros corriendo de aquí para allá a través de los campos. Y sentí tanta alegría por dentro... porque adoro a los animales…”

(…Continúa…)

(Trozo traducido del libro titlulado “A Room Nearby”, (2010) de Daniel y Kathy Baker )
(https://m.barnesandnoble.com/w/a-room-nearby-daniel-baker/1030623654?type=eBook)


Kathy Baker


Experiencia Cercana a la Muerte del Dctor. Eben Alexander

El 8 de Noviembre del 2008 el médico neurocirujano doctor Eben Alexander tuvo una meningitis cerebral desembocando en un coma irreversible. Tuvo una E.C.M. durante el cual vivió una experiencia increíble. Vio perros en un mundo “muy real”.

“Entonces, en el centro mismo de la luz apareció algo. Enfoqué mi percepción sobre ella, tratando de adivinar lo que era.

Una puerta. Ya no estaba mirando la luz giratoria, sino a través de ella.

En cuanto lo comprendí, comencé a ascender. Rápidamente.

A mis pies se extendía un paisaje. Era verde, frondoso, parecido al de la Tierra. Era la Tierra… pero al mismo tiempo no. Era como cuando tus padres te llevan de nuevo a un sitio en el que pasaste algunos años cuando eras un niño pequeño. No lo conoces. O al menos crees que no lo conoces. Pero cuando miras a tu alrededor, algo despierta en tu interior y te das cuenta de que una parte de ti – una parte que esta muy, muy adentro – sí lo recuerda y se alegra de volver a estar en él.

Volaba sobre aquel lugar, por encima de árboles y campos, arroyos y cascadas y, de vez en cuando, personas. Y también niños, niños que reían y jugaban. La gente cantaba y bailaba en círculos y, puntualmente, veía también algún que otro perro que corría y saltaba entre la multitud, tan feliz como todos ellos. Vestían ropa sencilla pero hermosa y me dio la sensación de que sus colores transmitían la misma calidez viva que los árboles y las flores que crecían y crecían por todo el entorno.

Un mundo de ensueño increíblemente hermoso…

Sólo que no era un sueño. Aunque no sabía dónde estaba ni lo que era yo mismo, había algo de lo que sí me sentía del todo seguro: el lugar al que había llegado derrepente era absolutamente real.”

(…Continúa…)

(Trozo traducido del libro titlulado “La Prueba del Cielo”, de Eben Alexander)
(https://www.todostuslibros.com/autor/eben-alexander)

El doctor Eben Alexander ha ejerecido como neurocirujano en hospitales universitarios durante los últimos veinticinco años, quince de ellos en el hospital Brigham & Women’s, en los hospitales Children’s y en la Escuela Médica de Harvard.


Para más información: (http://www.lifebeyonddeath.net)

Eben Alexander III (Neurocirujano)





Señor,



Llévales por verdes valles

y tranquilas praderas,

entre dulces mariposas

y flores de primavera.


Que respiren el perfume

de un eterno verano,

jugando al sol

con los pájaros cantando.


Abrázales muy fuerte,

diles que les quiero,

desde aquí les mando un beso,

que ocupa todo el cielo.


Dame fé y sabiduría,

esperanza y alegría,

porque sabiendo que están bien,

me das fuerzas cada día.


Tráemelos a la luz,

que cuando vaya me los encuentre,

para juntos volver a casa

y vivir con ellos por siempre.


Amén